Para hablar de representación primero se debe empezar por
el comienzo, con la definición de esta, según las lecturas de C.J. Friedrich;
dice que hay tres definiciones opuestas que parte de una teoría “presentar de
nuevo y por extensión, hacer presente algo o alguien que no está presente”, la
primera es la idea de mandato o de la delegación; la segunda es relacionada con
la idea de representativa (semejanza o similitud) y la tercera definición
corresponde a la responsabilidad.
Para dar una amplia explicación a estos significados a la
primera definición es derivada del derecho privado y se caracteriza a la
doctrina más estrictamente jurídica de la representación, mientras que el
segundo da un enfoque sociológico según el cual la representación es
esencialmente un hecho existencial de semejanza que al dividir toda selección voluntaria,
es al mismo tiempo la propia conciencia. Para la tercera definición hablamos
del tercer significado se lleva a entender que el gobierno representativos es un
gobierno responsable.
Con el primer significado jurídico se habla de representación
como un representante, es decir, un delegado o un mandatario que sigue instrucciones
del pueblo como debe ser. Pero en esta sociedad colombiana no existe este tipo
de representación, ya que aquí se hace lo contrario, los representantes que
escogemos siguen instrucciones de ellos mismo, al comienzo dan a entender que
quieren complacer las necesidades del pueblo, pero en realidad, ya cuando son
elegidos se olvidan de estas obligaciones que tienen con el pueblo y lo más
importante porque están siendo representados.
Con la segunda definición que da estas lecturas, en la
parte sociológica se dice que alguien representa algo, que es representativo de
algo, es decir, que para decir que una persona personifica unas características
esenciales de un grupo, clase o profesión de la cual previene o pertenece. En todas
parte siempre va a ver un representante para todo, un destaco laboralmente, el
mejor estudiante o simplemente puede ser un profesional destacado que
representa a todos y que todo quisieran ser como esa persona.
Ahora, el vínculo que existe de la representación política
y la representación sociológica, es muy evidente ya que todos queremos tener un
representante que políticamente nos represente y sociológicamente también, que
se combinen estas dos representaciones, por ejemplo no tendría mucho sentido
denunciar el hecho de que los trabajadores con frecuencia están infra-
representados si no se le atribuye la importancia de la representatividad, es
decir el criterio de la semejanza.
Cuando el pueblo es declarado soberano, de ellos se
desprende que la voluntad de los representantes depende y se deriva de la
voluntad de un titular. Esto se deriva a una sola voluntad, es decir la
voluntad de la nación es la misma voluntad de los que están legitimados para
hablar en su nombre.
Cuando hablamos de una representación moderna se refleja
un efecto, es decir una transformación fundamental. Los cuerpos representativos
medievales constituían canales intermediarios entre los que eran mandados y el
soberano, ya que estos representaban a alguien frente a algún otro.
Para hablar de la representación de la nación permite la inserción
de los cuerpos representativos en el Estado, pero al mismo tiempo se enfrenta a
nuevos y problemáticos problemas. Pero no todo puede ser “perfecto”, la prohibición
constitucional del mandato imperativo y de la idea de la representación de la nación,
el represéntate no representa o no debería representar a aquellos que lo
eligen. Pero si el representante no representa a sus propios electores, parece
desprenderse de ellos que no es la elección la que crea un representante.
Es muy importante que no puede existir representación, a
salvo la existencial, es decir, si a los representados no se les ofrece el modo
de expresarse y protegerse; de otro modo los representados estarían a merced de
su denominado o presunto representante. Pero desde el momento en que la representación
política esta únicamente protegida, solo por salvaguardar lo electoral, solo en
este caso no puede existir representación sin una elección.
Por otro lado, la teoría electoral de a representación es
la teoría de la representación responsable, es decir, el problema no es el de
satisfacer un requisito de semejanza, si no de asegurar la obligación de
responder. Si no hay elecciones se puede tener representatividad; pero es muy difícil
sostener que sin elecciones se tenga capacidad de respuesta- responsabilidad.