Para hablar de pueblo y poder hay que hablar de
democracia, quiere decir que hay un poder popular, si es así la democracia debe
ser lo que dice la palabra “sistemas y regímenes políticos en los que el pueblo
manda”.
La mayoría y respeto de las minorías es aquí un criterio
decisional no de criterio electoral, ya que al elegir es una cosa, decidir es
otra; y el ámbito de decisión es inconmensurablemente más extenso que el de elección.
Entonces, el pueblo que decide en terminaos de principio mayoritario absoluto
es un cuerpo que representa al pueblo y que refleja a la mayoría que lo elige.
También aquel que vota con la mayoría no está ya sometido
únicamente a su voluntad, en efecto para que un individuo sea libre nuevamente sería
necesario encontrar una mayoría a favor de su propia opinión. Pero si las minorías
nos son protectoras, se cae la hipótesis de encontrar una mayoría en favor de
la nueva opinión; porque quien pasa de la opinión de mayoría a la de minoría caería
rápidamente en el número de aquellos que no tiene derecho de hacer valer su
propia opinión.
Aun peor, sin respeto por la libertad de la minoría, no
solamente que la primera prueba electoral divida de una vez por todas aquel que
es libre, es decir sometido a la propia voluntad, de quien ya no lo será más, habría
que agregar también que la libertad de quien voto en aquella ocasión por la opinión
de la mayoría acaba en aquel momento. Razón por la cual aquella primera elección
será, la única elección verdadera; todas las subsecuentes estarán destinadas a
repetir el éxito de aquella inicial y serán solamente votaciones que confirmarán
la manifestación de la voluntad de la mayoría expresada en el momento en que la
primera democracia voto.
En las democracias la oposición es un órgano de la soberanía
popular tan vital como lo es el gobierno. Pero cancelar las oposiciones significaría
cancelar la soberanía del pueblo. Es decir que cada pueblo, está legitimado
para mandar conforme a la regla mayoritaria, en tanto ejerza el poder dentro de
los límites determinados y en cuanto entren en juego los elementos del todo
extraños a la voluntad popular, se convertirá en el mismo ciclo que acabo
mencionar.
Cabe resaltar, que en algún momento de la vida el término
pueblo designe hoy a una entidad sin nombre desconectado, fluctuante y
atomizado, a una sociedad sin nombre que ha perdido el apoyo de los grupos
primarios. Esto se debe a que se cambia de ideología.
Se puede decir que un pueblo es aquel que comparte las
mismas ideologías, costumbres, gustos y ambientes y por eso se va extendiendo y cada vez es más grande.
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