martes, 8 de abril de 2014

¿Y la representación ?

Para hablar de representación primero se debe empezar por el comienzo, con la definición de esta, según las lecturas de C.J. Friedrich; dice que hay tres definiciones opuestas que parte de una teoría “presentar de nuevo y por extensión, hacer presente algo o alguien que no está presente”, la primera es la idea de mandato o de la delegación; la segunda es relacionada con la idea de representativa (semejanza o similitud) y la tercera definición corresponde a la responsabilidad.

Para dar una amplia explicación a estos significados a la primera definición es derivada del derecho privado y se caracteriza a la doctrina más estrictamente jurídica de la representación, mientras que el segundo da un enfoque sociológico según el cual la representación es esencialmente un hecho existencial de semejanza que al dividir toda selección voluntaria, es al mismo tiempo la propia conciencia. Para la tercera definición hablamos del tercer significado se lleva a entender que el gobierno representativos es un gobierno responsable.


Con el primer significado jurídico se habla de representación como un representante, es decir, un delegado o un mandatario que sigue instrucciones del pueblo como debe ser. Pero en esta sociedad colombiana no existe este tipo de representación, ya que aquí se hace lo contrario, los representantes que escogemos siguen instrucciones de ellos mismo, al comienzo dan a entender que quieren complacer las necesidades del pueblo, pero en realidad, ya cuando son elegidos se olvidan de estas obligaciones que tienen con el pueblo y lo más importante porque están siendo representados.


Con la segunda definición que da estas lecturas, en la parte sociológica se dice que alguien representa algo, que es representativo de algo, es decir, que para decir que una persona personifica unas características esenciales de un grupo, clase o profesión de la cual previene o pertenece. En todas parte siempre va a ver un representante para todo, un destaco laboralmente, el mejor estudiante o simplemente puede ser un profesional destacado que representa a todos y que todo quisieran ser como esa persona.
Ahora, el vínculo que existe de la representación política y la representación sociológica, es muy evidente ya que todos queremos tener un representante que políticamente nos represente y sociológicamente también, que se combinen estas dos representaciones, por ejemplo no tendría mucho sentido denunciar el hecho de que los trabajadores con frecuencia están infra- representados si no se le atribuye la importancia de la representatividad, es decir el criterio de la semejanza.


Cuando el pueblo es declarado soberano, de ellos se desprende que la voluntad de los representantes depende y se deriva de la voluntad de un titular. Esto se deriva a una sola voluntad, es decir la voluntad de la nación es la misma voluntad de los que están legitimados para hablar en su nombre.
Cuando hablamos de una representación moderna se refleja un efecto, es decir una transformación fundamental. Los cuerpos representativos medievales constituían canales intermediarios entre los que eran mandados y el soberano, ya que estos representaban a alguien frente a algún otro.
Para hablar de la representación de la nación permite la inserción de los cuerpos representativos en el Estado, pero al mismo tiempo se enfrenta a nuevos y problemáticos problemas. Pero no todo puede ser “perfecto”, la prohibición constitucional del mandato imperativo y de la idea de la representación de la nación, el represéntate no representa o no debería representar a aquellos que lo eligen. Pero si el representante no representa a sus propios electores, parece desprenderse de ellos que no es la elección la que crea un representante.

Es muy importante que no puede existir representación, a salvo la existencial, es decir, si a los representados no se les ofrece el modo de expresarse y protegerse; de otro modo los representados estarían a merced de su denominado o presunto representante. Pero desde el momento en que la representación política esta únicamente protegida, solo por salvaguardar lo electoral, solo en este caso no puede existir representación sin una elección.

Por otro lado, la teoría electoral de a representación es la teoría de la representación responsable, es decir, el problema no es el de satisfacer un requisito de semejanza, si no de asegurar la obligación de responder. Si no hay elecciones se puede tener representatividad; pero es muy difícil sostener que sin elecciones se tenga capacidad de respuesta- responsabilidad.

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